Felizmente ya están en la calle, en librerías (Diego Marín y Centro del Libro, de Murcia) y en Internet (Amazon) los primeros libros, la novela propiamente dicha y el libro con los datos y referencias de los hechos y circunstancias que en ella se utilizan:
DIANE DE POITIERS (1499-1566). Señora de Enrique II de Francia. Grabado de línea y punteado, francés, del siglo XVII.
Diane de Poitiers es seguramente, según hemos podido averiguar, la figura histórica femenina preferida por John Caradoc.
Es una fotografía del grabado, por Granger que se subió el 2 de julio de 2012.
Incluyendo capítulos como el de "las mujeres de Caradoc", con importantes aportaciones sobre la que fue su única esposa, la Princesa de Bagration. O detalles que inspiraron la decoración de las Torres Caradoc de Murcia y de Bayona, como es la figura de Diana de Poitiers, y por qué fue así.
DIANE DE POITIERS (1499-1566). Señora de Enrique II de Francia. Grabado de línea y punteado, francés, del siglo XVII.
Diane de Poitiers es seguramente, según hemos podido averiguar, la figura histórica femenina preferida por John Caradoc.
Es una fotografía del grabado, por Granger que se subió el 2 de julio de 2012.
Por cierto, ésta va a ser la novela de las obras de arte perdidas. Diana de Poitiers es la figura histórica preferida de Caradoc, y suponemos que su carácter femenino también. Samuel Cook, senador estadounidense que visita la Torre Caradoc de Murcia en su época de esplendor, en los años sesenta del siglo XIX, lo asegura cuando reseña en su diario la existencia de dos medallones de mármol blanco en la fachada principal de la mansión. Pero no son de Diana y Enrique II, como cabía esperar, sino de Diana y de Francisco I. Realmente el papel más importante, como amante, Diana lo tuvo con Francisco. En casi todas las representaciones barrocas francesas que se hacen, en esa época, de la diosa Diana Cazadora, en pinturas y esculturas, los rasgos faciales son los de Diana de Poitiers. No es que con Enrique II no fuera una amante, fue sobre todo una iniciadora en las artes sexuales y una mentora política y diplomática, por no decir casi una madre protectora. Ese es un rasgo que vemos en casi todas las mujeres de Howden.
En la Torre Caradoc de Bayona se repite la representación en dos medallones, de Diana y de Francisco, sólo que allí son de escayola o de estuco y, aún siendo un material más endeble, se conservan perfectamente. He ahí la diferencia. C'est la difference. ¡Manuel (Valls) baja y llévatelos!
En la segunda parte incluiremos también los dos medallones que en una época de riqueza, venida del ferrocarril, la seda, etc., la etapa de Marín Baldo en la alcaldía, y su hijo en París apadrinado supuestamente por Caradoc, encargan, en la ficcción de la novela, al escultor italomurciano Santiago Baglietto (otro olvidado: todos elogian a Salzillo,... pero ¿y Baglietto?), como escultor más prestigioso de la época.
Pues bien, qué ha sido de esos medallones ¿alguien sabe donde están?
Pero sigamos...
Desde principios de verano vengo trabajando en las segundas partes de ambos libros. Ya está maquetada y con ISBN la continuación de la novela Caradoc:
Caradoc
(segunda parte)
MIGUEL
ZAPATA ROS
ISBN-13: 978-1727387780
ISBN-10: 1727387783
“Io spero che Dio mi dia abbastanza
giorni per scrivere di lei quello che nessuno ha mai scritto per nessuna”
Dante Aligheri.
(Vita nova)
El primer capítulo del libro de documentación (al que dedicamos este blog), está dedicado a Josefa Montenegro, también conocida como Pepa la Malagueña. No obstante, tomando este pretexto, se abordan temas claves de esa época.
Uno de ellos
es el conflicto que existen entre las ideas y las prácticas sociales en una
época de cambio y de crisis, entre el viejo régimen estamentalista, feudal y en
algunos caso ilustrado, y el nuevo mundo de las ideas liberales y de la
economía regida por principios de eficiencia en la producción, en la
circulación de personas y mercancías, y por supuesto en la obtención de
beneficios, todo ello atendiendo a ideas racionales. En ese mundo cambiante “el
mal y el bien –decimos− están delimitados por una fina y volátil línea. Es un
límite que cambia con las personas, las circunstancias y los tiempos. Para
muchos, lo que está a ambos lados de esa fina frontera carece de la relevancia
suficiente como para marcar de forma clara sus posiciones, es el terreno de la
indeterminación y de la coartada, donde casi todo se puede justificar según
venga la mano de la partida que se juegue en ese momento. Sin embargo, es en
esa zona donde se dirimen los verdaderos conflictos humanos y sociales, los de
más dramáticas y de peores consecuencias.”
En este capítulo se desarrollan
acciones y caracteres personales que constituyen ejemplificaciones de esa
situación. Sus protagonistas encarnan esos conflictos morales. Una es, una
mujer que la crónica y la historiografía presentan como un personaje perverso
en extremo según las convenciones, no sólo al uso de la época sino incluso
según criterios que la transcienden. Se podría considerar pues un ejemplo de
vicio, de maldad y de depravación en cualquier época. Sin embargo, no sólo ella
misma y sus más próximos, sino la sociedad y la historia han considerado, en
buena parte, su obra, ya que no a su persona, loable y ejemplar y así está
atestiguado por muchos y escrito en documentos y en relatos que reseñamos. Se
trata de Josefa Montenegro.
Si aún no lo has leído...
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