Joaquina Plana Riquelme es la protagonista de la novela y
sin duda la gran protagonista de la vida sentimental, afectiva y en todos los
órdenes del Segundo Barón Howden, John Hobart Caradoc.
Aunque no nos consta que
fuese su esposa oficial, no hemos podido encontrar ningún documento que así lo acredite,
fue la mujer que compartió con él sus días más bajos de enfermedad y pobreza en
Cartagena, cuando cayó en desgracia tras la revolución de 1854 y en los años
finales de su vida en Murcia y en Bayona.
Esta situación de penuria la refleja Mas (2009, p187) cuando dice del Barón Howden:
“(…) expulsado por Narváez por entrometerse demasiado en los asuntos de estado españoles. Lord Howden se retiró, sin derecho a pensión, por problemas de salud (The Dictionary of National Biography, 1973, III:938).”
Pero si no hay constancia de este matrimonio, sí la hemos podido encontrar del
divorcio de la que fue esposa oficial de Lord Howden y de la que muy pronto se
separó: Ekaterina Pavlovna Skavronskya, Hija del conde Pavel
Vassilievich Skavronsky y sobrina nieta
del político y militar ruso amante de Catalina II, Príncipe Gregorio Potemkin, que después dio
nombre al acorazado de la famosa película de Sergio M. Eisenstein.
Este status de felicidad y de convivencia marital con
Joaquina fue acreditado por los amigos anglosajones, viajantes
ilustrados, que recalaron en la Torre Caradoc y fueron testigos de
esta feliz existencia en común. También lo relata Antonio Méndez Casal en
su artículo de ABC que hemos citado en otros capítulos.
Tanto es así que fue a ella a quien legó su fortuna excepto el Chateau de Bayona estrictamente, por su naturaleza de bien inmueble, y a quien dedicó la mansión de Murcia, la Torre Caradoc. De hecho esta decisión de vivir y de construir la villa la tomó después de conocer a Joaquina y lo hizo ubicándola en la tierra de donde ella era, en el partido de San Benito, cerca de la Ermita del Rosario. Esto no se comprende si un gran amor y, según se acredita, si una gran pasión no les hubiera unido.
Tanto es así que fue a ella a quien legó su fortuna excepto el Chateau de Bayona estrictamente, por su naturaleza de bien inmueble, y a quien dedicó la mansión de Murcia, la Torre Caradoc. De hecho esta decisión de vivir y de construir la villa la tomó después de conocer a Joaquina y lo hizo ubicándola en la tierra de donde ella era, en el partido de San Benito, cerca de la Ermita del Rosario. Esto no se comprende si un gran amor y, según se acredita, si una gran pasión no les hubiera unido.
Es curioso sin embargo que la bibliografía y las biografías
oficiales británicas hayan desconocido este hecho. Para el Dictionary of
National Biography[1],
1885-1900,Tomo 09, en el artículo Caradoc,
John Hobart, escrito por Henry Morse Stephens, no existe Joaquina,
sólo acredita el matrimonio con Ekaterina Pavlovna[2].
Sin embargo de ella dice Cox[3]:
"En Murcia pasamos una tarde agradablemente visitando una casa de campo, residencia de un ex embajador inglés en España, Lord Howden. Su Señoría no vive allí ahora, lo hace en Bayona. Él es un hombre excéntrico, en algunos aspectos (…). Además, demostró su independencia a la hora de, a su avanzada edad, casarse con una bella actriz española, de la que se enamoró.(…)Echamos un vistazo más a la hermosa villa; manifestamos nuestro agradecimiento al primo de la actriz, que fue nuestro guía, y es el administrador de su señoría (…). Nos preguntamos, también, por qué su señoría, en la realización de esta imagen, estilo Claude Melnotte, en una villa, no ha creado un lago transparente, en el que se reflejen doblemente estas bellezas florales: para su esposa teatral y por su romántica vida.”
Abundando en esta descripción de felicidad para el Barón,
atribuible a la vida con su joven esposa, en el diario ABC de 26 de abril de 1924,
Antonio Menéndez justifica el esfuerzo
del Museo del Prado para comprar el retrato de John Francis Caradoc, pintado
por Lawrence, de la siguiente forma (Méndez, 1924):
“Esta aventura, la de Caradoc y Joaquina Plana, que termina en matrimonio, hace que andando los años y fallecido el protagonista, su viuda regrese definitivamente a España, trayendo la colección de obras reunidas por el primer lord Caradoc. En una casa de campo de la huerta murciana, que algún día alojó a la feliz pareja, se conservan múltiples recuerdos de una familia inglesa extinguida, aun cuando los expresivos retratos que nos han legado perpetúan su espíritu y presiden el plácido transcurrir de las horas provincianas…”
A lo largo del proceso de redacción de la novela, así
como de la elaboración de los perfiles personales que este libro recoge, por
ahora solo posts, iremos aportando
datos sobre la vida de Joaquina y hechos que tuvieron que ver con ella. También queremos agradecer, y tendremos más oportunidades de hacerlo, a los familiares y descendientes de la señora Plana, que nos han aportado algunos
datos y documentos.
De momento solo esto y también recoger algunos datos
relevantes sobre su significación en la vida social de Murcia, de su presencia,
en los años posteriores al fallecimiento de John Caradoc.
Así por ejemplo el martes 24 de Junio de 1890, aparece
en El Diario de Murcia la relación de donantes de ayudas a los afectados
por la epidemia de cólera que azotó nuestra ciudad y región, entre 1885 y 1891,
y para la lucha contra ella.
Señalando en primer lugar la generosidad de los donantes,
hay algunos aspectos sociales que podemos observar. La relación de los nombres
que el diario ofrece, y la de personas que componen el consistorio, es de
alguna manera el Who-is-Who, el
Forbes, de la sociedad murciana de la época. Ahí se reflejaban todos. Era una
forma, no sólo de dejar constancia de su generosidad, sino también de su
pujanza.
En la relación vemos los
apellidos de las más rancias familias de Murcia. Algunos de ellos, por no decir
la mayoría, han llegado hasta nuestros días.
Para seguir leyendo
El libro
Joaquina Plana, Lord Howden y la Torre Caradoc de Murcia
está disponible en Amazon, se distribuye en Internet y en librerías. A partir de ahora, para cumplir con las exigencias de Amazon sólo publicaré en este blog, y en los demás de este proyecto, aquellos fragmentos más interesantes que no rebasen la extensión exigida.
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